El cine de Pier Paolo Pasolini

Por José Eduardo Guerra Dehesa. @joseduardguerra

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¿Por qué hablar de Pasolini? Quizá porque es uno de los artistas más prolíficos del siglo XX. Escritor, poeta, profesor, pensador, crítico, activista y cineasta; desarrolló una gran carrera como creador en distintos ámbitos tales como la novela, la poesía, el ensayo y elséptimo arte. Su contexto fue el de una Italia convulsa ante los fenómenos de urbanización, industrialización y aburguesamiento de la sociedad; un periodo comprendido entre la Segunda Guerra Mundial y la década de los “años de plomo” (70s)  caracterizados por una serie de hechos violentos suscitados tras los movimientos sociales de 1968.

Este 2015 se conmemoran cuarenta años de la partida de Pier Paolo Pasolini y tanto su país natal como las diferentes organizaciones culturales de diversos países darán cabida a un sinfín de homenajes, retrospectivas, exposiciones y revisiones a su prolífica obra; en México ya le ha sido otorgado un reconocimiento póstumo a su trayectoria por parte del Festival Internacional de Cine de Guadalajara. El presente artículo pretende ser una invitación a descubrir la obra cinematográfica de éste autor mundialmente reconocido.

El primer contacto entre Pasolini y el cine ocurrió cuando Fellini lo solicitó como guionista para Las noches de Cabiria; posteriormente realizó sus primeros trabajos como director con filmes inscritos dentro del neorrealismo italiano, una corriente cinematográfica caracterizada por el abandono del estudio de filmación y el novedoso rodaje en locaciones externas, la presencia de historias o personajes desgarrados así como el retrato de la cotidianeidad en la sociedad de posguerra. A pesar de haber surgido del neorrealismo, podemos observar una evolución constante en su obra hasta culminar en la generación de un lenguaje, técnica y discurso propios.

Tres grandes temas caracterizan su obra: el paisaje y la vitalidad de las ciudades, el ser humano en sus dimensiones física, emocional y psicológica así como las profundas metáforas que impregnaron su cine y que fueron a la vez una crítica radical hacia los paradigmas sociales, las instituciones de poder y la moral conservadora. Considerando lo anterior, se hablará brevemente de tres películas clave para adentrarse en el complejo mundo de este artista.

La dimensión humana en TEOREMA (1968).

En el discurso de Pasolini siempre estuvo presente el cuestionamiento a todo aquello considerado “políticamente correcto”; para él era necesario cuestionar muchas tradiciones de pensamiento para alcanzar una genuina libertad de criterio. En este filme aborda los sentimientos y emociones siempre en pugna con la parte racional del ser humano: la contrariedad entre el deber ser y el querer hacer. Teorema es una reflexión en torno al conocimiento de uno mismo a través de la puesta en crisis de los propios valores y convicciones. En esta obra, la dimensión espiritual y la capacidad de asombro reivindican al ser humano como un ser sensible y complejo aunque siempre sometido a la hipocresía social contrastante con el anhelo de autenticidad personal. En cuanto a la técnica, los planos se centran en la imagen y expresión de las facciones, las reacciones corporales y las interacciones, haciendo énfasis en los gestos, las miradas y todo aquello que ayude a revelar lo que ocurre en la psicología de los personajes. Se trata una película-novela ya que al mismo tiempo de redactar el texto literario, el autor elaboró el guion cinematográfico.

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Fotograma de Teorema. Italia 1968.

El paisaje, la cultura y la ciudad en LA TRILOGÍA DE LA VIDA (1971-1974).

Algo que el autor pudo detectar en la sociedad de su tiempo fue el proceso dehomologación cultural en el que gran parte del mundo occidental se vería inmerso décadas después (aburguesamiento, comodidad, conformismo, hedonismo y consumismo); es por este motivo que a lo largo de tres obras cuyo origen es literario (El Decamerón, Los Cuentos de Canterbury, y La flor de las mil y una noches) el autor va en busca de retratar formas culturales alternativas a lo posmoderno y occidental; países como Yemen e Irán fueron el marco perfecto para presentar al público esos paisajes culturalestan contrastantes con la sociedad italiana de finales del siglo XX. Teóricamente plantea que la ciudad o los conglomerados humanos no son sólo un instrumento para el desarrollo económico sino que primordialmente conforman un lugar de encuentro, convivencia, diversidad, caos, manifestación cultural, reconocimiento social e identidad colectiva. Todas estas ideas quedan plasmadas de manera magistral, apoyadas por producciones de gran calidad y presupuesto ya que a nivel logístico requirieron de la participación de grandes equipos de trabajo; se lograron productos finales que en muchas ocasiones fueron premiados y reconocidos en los principales festivales de cine europeos (como el de Venecia). A partir de la Trilogía de la vida, Pasolini fue considerado uno de los más sobresalientes adaptadores de obras literarias al cine, sin embargo, su carrera dió un gran e inesperado giro con lo que sería su próxima y última película.

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Fotograma de La flor de las mil y una noches. (Italia, Etiopía, Yemen, Irán. 1974)

La profunda crítica a los valores establecidos y las estructuras del poder enSALÓ O LOS 120 DÍAS DE SODOMA (1975).

En su libro El cine como semiología de la realidad, Pasolini nos revela uno de los grandes valores del séptimo arte; la capacidad de interpretar y comprender la realidad a través de un lenguaje universal: el de las imágenes en movimiento. La realidad está ferozmente retratada en este filme: obra de arte llevada a los límites de la transgresión sin sutilezas, un trabajo ejecutado con empeño furiosamente vital que culmina en una obra desoladora y revulsiva a propósito. Fue realizada  con gran admiración y dedicatoria a los jóvenes en quienes el cineasta depositaba un atisbo de esperanza (aunque él siempre odió esta palabra) no sin una muestra de irreverencia y soberbia al decir que se trataba de una obra extremadamente difícil de comprender (entre la presentación de los créditos y el inicio del filme nos propone leer a Sade, San Ignacio de Loyola y Simone de Beauvoir antes de pasar a la proyección). Saló es todo un reto al espectador, su intelecto, su criterio y sus sensaciones. Cada plano, detalle, vestuario, ángulo, ambientación y movimiento de cámara está perfectamente cuidado, planeado y medido para lograr el efecto deseado en el público: orillarlo a reconocer en qué medida ejerce la doble moral; este filme se puede hallar tanto en el acervo de cine de arte de muchas filmotecas así como en buena cantidad de páginas pornográficas en internet. Es sin lugar a dudas un manifiesto contra elmoralismo, definido por el propio Pasolini como “la resistencia al placer y al derecho de todo ser humano a dejarse sorprender”. En ningún caso debe verse “por partes” puesto que está diseñada para ser apreciada en su totalidad, aún así desde el estreno y hasta la fecha, muchas personas siguen abandonando la salas en algún punto de la proyección deSaló, adaptación cinematográfica de Los 120 días de Sodoma del Marqués de Sade. Se trata de la primera parte de la así llamada por críticos “Trilogía de la muerte” ya que son conocidos algunos proyectos que quedaron inconclusos tras la muerte del escritor: Porno-Teo-Kolossal (traducible como “Mega-producción porno-teológica”) y la adaptación del teatro al cine de La Historia del soldado (original de Ramuz-Stravinski), se trata de una  trilogía que en su conjunto abordaría los temas de la desesperanza, así como la falsedad de muchas ideologías y creencias; son esbozos para futuros guiones cinematográficos que, al lado del de San Pablo y su gran novela Petróleo, conforman el conjunto de proyectos que ya no alcanzaron a cristalizarse.

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Fotograma de Saló o los 120 días de Sodoma. (Italia 1975)

La muerte, eterno misterio.

Está periodísticamente documentado que durante los “años de plomo” en Italia se perseguía, encarcelaba, desaparecía o mataba a muchos periodistas e intelectuales que abiertamente se manifestaban en contra de las instituciones del poder. Se sabe que la columna de Pasolini en el periódico Corriere della Sera era una de las más críticas hacia las instituciones morales o gubernamentales y que, en los últimos días de su vida, el escritor investigaba la misteriosa muerte de un empresario petrolero en un “accidente” que habría beneficiado a la élite gobernante en Italia; con dicha investigación planeaba convertir a Petróleo no sólo en una novela sino también en una denuncia. Además existen testimonios sobre el misterioso “secuestro” de algunas cintas fílmicas correspondientes a la producción de Saló y el descomunal “rescate” que los ladrones solicitaron al productor o al director a través de chantajes en llamadas telefónicas anónimas; el destino de dichas cintas se desconoce hasta hoy. Por otra parte, las amistades cercanas al director confirman el gusto de Pier Paolo por las situaciones riesgosas ya que buscaba convivir con personas de bajo estrato social quienes sin duda eran fuente de relatos e historias de vida que pasarían a conformar numerosos párrafos de sus novelas e incluso, muchas de estas personas también formaron parte de sus elencos cinematográficos porque en varias ocasiones el director se opuso a trabajar con actores profesionales. Ante todo el misterio que envuelve hasta hoy la muerte de Pasolini, se han escrito numerosas columnas apoyando teorías tan disímiles como la planeación de su propia muerte, conspiración, traición, emboscada, espionaje, crimen de estado o crimen por odio; ninguna de estas teorías ha sido cabalmente confirmada hasta la fecha aunque algunos intelectuales opinan que el cadáver del cineasta, masacrado y abandonado en una playa cercana a Roma, nos hablará por siempre de la aversión del ser humano por las verdades incómodas.

En «LA NOCHE DE LAS LUCIÉRNAGAS» una novela que narra la biografía de Pasolini, el escritor español Jose María García López devela al cineasta, al escritor pero sobre todo al ser humano complejo y vital que fue Pier Paolo.

Recientemente, el cineasta Abel Ferrara rodó un filme retratando los últimos días de este personaje del siglo XX con la intención de mantener en la memoria colectiva a uno de los grandes exponentes de la cultura universal. Finalmente, este año seremos testigos de la reapertura de las investigaciones en torno a su asesinato así como de los múltiples homenajes y retrospectivas. Hoy nos queda su vasta obra y los registros de sus argumentos siempre tenaces e inteligentes:

En una de las últimas entrevistas que concedió se le preguntó:

-¿Pasolini cree en el ser humano?

Él respondió tajantemente con una sola frase:

-Creo y no creo.

*Artículo publicado originalmente en Metrópoli Digital en Febrero de 2015.

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