Diario de un lector de Benedetti

Por Jose Eduardo Guerra D. @joseduardguerra

“El tiempo empieza a ser un enemigo más

contra quien luchar

y a quien sé que no voy a ganar jamás.”

(Nacho Canut, A tu lado)

Martes 6 de junio
¿Qué va a ser esto? ¿Un diario?


Miércoles 7 de junio

Martín Santomé es un hombre que duda, demasiado para mi gusto. Dicen por ahí que “lo que te choca, te checa”.

***

¿De qué va a hablar Benedetti en este libro: del hombre común, de la cotidianidad, de la madurez, del paso del tiempo, de la memoria? Quizá un poco de todo esto. ¿Y por qué el formato de diario? ¿Por qué este personaje ha decidido empezar un diario? El autor quiere presentarnos a un sujeto ordinario, sin embargo su escritura no es la de un hombre ordinario. Dudo de lo ficticio de este personaje, es demasiado sincero, está escrito demasiado bien para ser solo ficción. Ya sé, es uno de esos personajes detrás del cual se ocultan los autores para no escribir su autobiografía, de esos que son el reflejo de quien los crea; los aderezan con características o experiencias de vida que les gustaría poseer a ellos mismos o de las que reniegan, salpimentan exagerando sus defectos y así todo queda oculto bajo la comodidad de una pretendida ficción.

***

No puedo distinguir si es Martín Santomé o Mario Benedetti quien quiere expresar algo así como “Vida… llegados hasta aquí, ¿qué más quieres de mí?”

***

La microhistoria es la historia de los anónimos, de las personas y los sucesos desconocidos o ignorados, de todos aquellos que no han llegado a las páginas de las enciclopedias y, a últimas fechas, a la Wikipedia. La macrohistoria es, en cambio, la recopilación de los “grandes hechos” y las “grandes personalidades” que han “forjado nuestro presente y nuestro futuro”. ¿Cuánta ‘microhistoria’ hay detrás de un dato, una fecha o un personaje célebre? La Historia es una convención, es lo que un grupo de personas ha decidido subrayar previamente en ese libro que bien podría llamarse Cotidianidad y devenir. Este diario es la voz de un solo individuo, por lo tanto La tregua no parece ser un libro que vaya a hablar de macrohistoria.

***


La Tregua es una microhistoria, es la cotidianidad y el devenir de un hombre anónimo. Pero sigo sin entender a Santomé, ¿hacia dónde lo va a llevar Mario?, estas primeras páginas son pesadas, tediosas, me recuerdan a Meursault de El extranjero.

Jueves 8 de junio

«En mi sueño sentía menos horror que en la realidad», primera frase que llama mi atención… pero me gusta más como la escuché o, más bien, como la quise entender en el audiolibro: “en mis sueños sentía menos horror que en la realidad”, dos letras insignificantes (microhistóricas) que lo cambian todo: en el libro escrito se habla de un sueño en una noche específica, en el audiolibro se entiende (o quise entender) que Santomé se refería a todos los sueños de toda una época de su vida.

***


Qué risa el incidente del Adoquín Vignale; Mario demuestra una gran sensibilidad en la construcción y en la descripción de sus personajes. Pienso que un escritor debe ser empático por naturaleza pero al momento de escribir una novela o relato no puede repartir la empatía por igual entre sus personajes… siempre se decanta por uno, favorece al otro o desprecia de forma tajante a aquel otro. A veces los escritores “subrayan” a un personaje de tal manera que el lector le entrega toda su empatía para, finalmente, matarlo, condenarlo al sufrimiento o a las desavenencias del destino… provocando en nosotros los lectores el típico corazón roto, el hueco en el estómago o el recuerdo incómodo. Un escritor de ficción es alguien que administra de manera maquiavélica la empatía. ¿Y un político?


Viernes 9 de junio

Hoy no he avanzado en el libro pero pienso en los muchos Martines Santomé que habitan en este país, esta ciudad o la calle donde vivo… adultos mayores que una vez concluida su «etapa productiva» no encuentran sentido de vida.

Pienso también en los futuros Martines Santomé de mi generación: el compañero de trabajo, el familiar, el conocido… hoy, aquí y ahora, puedo intuir quiénes serán los futuros Santomés, quiénes ya lo son desde hace tiempo a pesar de estar en sus veintes o en sus treintas… pienso en mí mismo porque Santomé tiene una edad que está varios años por delante de mis años… pero algún día llegaré a su edad.

***

¿Qué haría yo en la situación de Santomé?

***

[ “Ese día un día llegará,

no será pronto ni tarde…” ]



Sábado 10 de junio

«Es posible ser más convincente en los sueños que en la realidad». Si fuera yo de esas personas que les gusta pintarrajear sus libros con marcatextos… y si tuviera el libro físico, ya estaría esta frase resaltada con naranja o amarillo fosforescente.

Nah, creo que soy más de Post-it.

Lunes 12 de junio

Santomé enviudó a los veintiocho, Isabel murió a los veinticinco. ¿¡Tres hijos a los veintiocho o a los veinticinco!?

Para bien o para mal, ya vivimos otros tiempos.

***


Santomé se (me) comienza a hacer más complejo, con más matices; su presente, es decir, su forma de pensar al momento de escribir el diario está abierta de par en par porque se está dando la oportunidad de ser sincero consigo mismo. ¿Qué habrá sido de él entre el día que enviudó y el día que comenzó a escribir el diario? Su pasado tiene grandes misterios, no para él ni para su creador sino para mí; está bien así, no es ésta una novela del XIX para que el autor me atiborre con santo y seña de la ficticia vida de sus personajes. Me gusta imaginar posibilidades… rellenar yo mismo los huecos que voy encontrando para explicar(me) por qué la vida de Martín es tan común y tan corriente, más corriente que común… sin embargo hay en ella algo de excepcional, no sé qué sea.

En fin, creo si alguien se atreve a hacer literatura es porque algo de excepcional ha encontrado en sí mismo o en el mundo y desea comunicarlo… a partir de lo excepcional se debería formar el vínculo con los lectores porque éstos también esperan descubrir algo de sí mismos o del mundo a través de las experiencias estéticas. Encontrar, comunicar y descubrir; el arte gira alrededor de las emociones que producen estos tres verbos.

***

«¿Existe algo más natural que irse de este mundo?»… esta frase me recuerda a otra: “Todo lo sólido se desvanece en el aire”.

***


Vignale y Santini son unos pendejos. Tal vez están aquí para contrastar o matizar la pendejez de Santomé, es decir, que quien lea el libro acabe concluyendo que Martín en efecto lo es… pero no tanto como los otros dos… y que siempre puede haber alguien más pendejo. Eso pasa con los personajes incidentales; siempre quedan muy simplificados o reducidos a un adjetivo, pero ¿no es así nuestra manera de ir observando, calificando, descalificando o descubriendo a los otros? Pasamos de tener una idea muy simplificada de las personas cuando recién las conocemos pero a medida que pasa el tiempo y la convivencia se hace más cotidiana entonces asoman los matices, las contradicciones, los sí… pero, los no… aunque, la gama de emociones, los sentimientos encontrados, lo genuino, lo humano…

***


A Martín Santomé le pesa la conciencia del paso del tiempo. Es alguien que intuye que su existencia podría ser mucho más amplia, más significativa o trascendental pero se ha refugiado en la comodidad de lo convencional toda su vida… su diario contiene un grito que al fin se atreve a salir: «¡No estoy reseco! ¡No estoy reseco!»

***


La ciudad es real, las calles de las que hablan el autor y su personaje existen, hay lugares que siguen ahí y otros que se han ido: es Montevideo.

***

(De algo estoy seguro) Santomé se está haciendo consciente de su anomia, de la hipocresía que lo rodea cotidianamente y de su poca capacidad de tomar el control de su vida, me lo aseguran frases como «Lo peor es la resignación» y «Nadie se muere de honestidad».


Me encanta el sencillo esquema al que reduce su plan para acercarse a Laura: a) franqueza o b) fallutería. Recuerdo algunas de esas noches de insomnio… es verdad… todo se reducía a tomar una decisión: ser sincero o andarse por las ramas. Tomé la opción “a” con aquella chica con la que valía la pena arriesgarse (al mal paso darle prisa). Tomé la opción “b” cuando estuve dispuesto a recibir migajas. Veamos qué decide Santomé; su vida ha sido muy “opción b” pero su diario suena tan “opción a”.

***

Qué manera de describir a Santomé con tan solo ocho palabras: «Vos hacés el amor con cara de empleado».

Martes 13 de junio

Nota: agregar ‘fallutería’ al glosario.

***

Nadia y Scarlett comenzaron a comentar el libro en nuestro grupo de WhatsApp. ¿Cómo comprimo todo esto que ya llevo escrito en un mensaje de WA? Es un experimento medio loco este ejercicio del diario, está siendo revelador pero creo que sólo tiene sentido para esta lectura. Soy más de notas y posterior desarrollo de ideas pero eso desemboca en análisis o ensayos… textos un tanto impersonales. El diario implica hablar con uno mismo y da la posibilidad de releer dicha conversación.

***

Comentario (casi) sin spoilers, enviado al grupo de WA:
Si Santomé fuera una persona real dudaría que este sea su primer diario; este no es el diario de un empleado común, es el diario de alguien que escribe como escritor experimentando: cero faltas de ortografía, buena sintaxis, claridad de pensamiento y gran sensibilidad. Santomé es alguien que duda mucho de sí mismo, diría que -como Juan Rulfo- es un escritor nato que se ha guardado para siempre cientos de páginas de buena calidad literaria… incluso, invadido por la incredulidad en sí mismo ha destruido varios poemas, relatos o hasta una que otra novela. Aunque el personaje me desespera, voy descubriendo que no es alguien del todo «gris»; su diario es el espacio donde se atreve a ser él mismo, a hacerse ciertas preguntas y responderse con sinceridad. Si fuera un diario de una persona real sólo le serviría a su autor como catarsis… pero entonces llega la magia de la literatura: leer este diario de una persona ficticia nos está sirviendo para darnos cuenta de ciertas situaciones que pasan a nuestro alrededor, aquí y ahora, en la realidad. Pienso que Mario fue un autor con mucha empatía y con la capacidad de observar a los demás para tratar de entenderlos.

***

“Escayola se hacía el gracioso con gran seriedad”. Este sujeto me representa.

Viernes 17 de mayo

Se cae mi teoría del Meursault uruguayo. Santomé ya tomó una decisión.

***

Sin embargo, esto del señor mayor que se enamora de la muchacha suena tan… a lugar común. ¿Va a ser esta la historia de la chica en busca de sugar daddy?

***

Vaya. Al fin Santomé da muestras de querer ser leído por alguien más que él mismo; se nota en su descripción exhaustiva y emocional de las situaciones, lugares, objetos, gestos… como si ahora sí quisiera guardar aprehensivamente en este diario todo lo que le está sucediendo sin perder detalle. La conversación en el restaurante es fenomenal, aquí ambos personajes se sienten de carne y hueso.

¿Punto de inflexión del libro? Espero que sí.

Miércoles 14 de junio

Charlotte y Germán postearon en el grupo uno de los poemas más famosos y cursis de Mario, pienso que el éxito de las obras cursis está en el matiz y no en el abuso de este recurso; es decir, en saberse cursi pero buscando no parecerlo. En términos culinarios lo cursi sería algo así como el condimento: pocos saben usarlo en su justa medida.

Del poema Te quiero (por completo adjudicable al cursi de Santomé) me gustan dos versos: «Te quiero por tu mirada que mira y siembra futuro» y «Te quiero porque tu boca sabe gritar rebeldía».

***

Creo que en literatura, los personajes bien logrados, complejos, contradictorios, matizados, que no están acartonados, lo son porque los autores ponen mucho de sí mismos en ellos: lo que han visto, vivido y sentido en carne propia… por eso se sienten genuinos, auténticos; no son marionetas, son libres de los “hilos” del autor porque son, de algún modo, su reflejo… el autor los deja ser en la medida que él mismo se ha permitido ser auténtico.

***

Elik compartió en el grupo una canción todavía más cursi que Te quiero en voz de Nacha Guevara. La necesidad de definir lo cursi me hace recordar un estudio al respecto que leí hace muchos años. Lo busco, lo releo, extraigo de él algunos fragmentos y redacto unas notas para el grupo:

SOBRE LO CURSI EN EL ARTE

¿Qué es lo cursi? ¿Cómo sabemos que estamos ante algo cursi?

Algunos poemas de Mario Benedetti o la canción interpretada por Elio Roca podrían considerarse cursis porque intentan imitar formas estéticas que en otra época ya han demostrado gran éxito y gran efectividad para producir un efecto emotivo instantáneo  y/o gratuito (es decir, que no es espontáneo y que casi no requiere esfuerzo por parte del espectador para obtenerse) sin embargo es interpretado y valorado por el público como un “privilegio”, una “experiencia estética única”, un “acto original” o una experiencia que aporta “prestigio”.

El enunciado anterior se deriva de lo que Iván San Martín, profesor de Estética en la Facultad de Arquitectura, aporta a través de sus estudios y teorías sobre Arquitectura cursi.

*DEFINICIÓN: «Lo cursi es una relación estética que se establece con algún elemento del entorno (cosa, imagen, obra de arte, naturaleza e incluso otros seres humanos) que tiene la particularidad de que, utilizando formas culturalmente reconocidas (al menos para determinado contexto) y de contenidos tópicos (es decir, con eficacia semántica) producen en el sujeto un efecto emotivo (preconcebido o no por su productor) que es interpretado y valorado por el público “como si” fuese una experiencia estética privilegiada (es decir, como única, inédita, original o de prestigio).»

*«Lo cursi es un fenómeno cultural muy complejo que incluye al menos tres aspectos fundamentales: el propio objeto, obra o creación como potenciador estético –natural o artificial–, el creador del mismo y el público que dirige su gozo estético hacia dicho objeto o creación.»

*«Casi a nadie le gustaría saber que ha creado algo cursi ya que esto se relaciona tradicionalmente con la falsedad de la apariencia.»

*«No hay fronteras geográficas, políticas y económicas para lo cursi. A partir del Romanticismo tampoco hay fronteras históricas para este fenómeno.»

NOTAS PROPIAS:

*Hubo, hay y seguirá habiendo ricos cursis, europeos cursis, socialistas cursis, veinteañeros cursis, octagenarios cursis, arquitectos cursis, químicos cursis, feministas cursis, rockeros cursis, etc. Lo cursi puede permear toda actividad o creación humana.

*No hay creaciones cursis sin un público cursi que demande este tipo de producciones a los creadores cursis. Lo cursi tiene también su lado mercadológico cuya estrategia se resume en “ir a lo seguro”, lo ya probado, lo que ya ha sido emotivo y conmovedor antes.

CONCLUSIÓN

*El Dr. Iván San Marín concluye su estudio sobre Arquitectura cursi con estas palabras:

“… lo cursi permanece silenciosamente agazapado en espera de aquel instante de debilidad que nos permita derramar aquella temblorosa lágrima celosamente guardada. De nosotros dependerá si se trata de la lágrima más trascendente de nuestra existencia o si nuestras mejillas son bañadas por varias dulzonas lágrimas profundamente cursis.”

Jueves 15 de junio

Santomé ha dado en el clavo: el matrimonio es una convención social, un acuerdo casi con tintes de contrato… el amor es otra cosa. En este punto de su vida, Martín se está haciendo consciente de que él mismo ha forjado los desencuentros con su propia vida, con su familia y hasta con su rutinario trabajo. El tiempo que se le ha ido sin remedio le hace ver su edad como una pesada carga, hay un enojo consigo mismo debido a todo lo que no se ha permitido alcanzar, no en términos económicos sino de satisfacción personal. Y ahora la vida le da una oportunidad. Corrijo: Santomé se está dando una oportunidad; es un tipo que se ha dado a sí mismo tan pocas oportunidades y por eso le sobreviene la angustia. Decía Jorge Luis Borges: “el amor está lleno de ansiedades, de dudas, un día de ausencia puede ser terrible… el amor requiere confidencia”. Lo de Santomé es genuino… no pongo las manos al fuego por su enamoramiento pero sí por su deseo de salir de su anomia, de su letargo… de su sinsentido.

***

Creo que hay que distinguir entre enamoramiento y amor; ambos personajes los están confundiendo y eso hará que, tarde o temprano, sufran.

***

«Algún día estallará y mandará todo al diablo. Ojalá sea pronto». Cuánta carga política (macrohistórica y microhistórica) hay detrás de esta frase.

***

Resulta que Te quiero, te quiero no es de Elio Roca; la música es de Augusto Algueró y la letra de Rafael de León y Arias de Saavedra, flamante poeta de la Generación del 27. Nino Bravo está entre los primeros intérpretes pero hay versiones de todos los sabores: Alejandro Fernández, Edith Márquez, Gerónimo Rauch, etc. Sólo hay dos a quienes sí les creo que la reinterpretaron con genuina pasión y no porque lo cursi vende: Guille Milkyway y Rosario Flores.

Martes 20 de junio

He avanzado a paso lento en el audiolibro.

***


No sé si haya sido el libro, la forma de escribir de Mario, las canciones, los comentarios en el grupo, la poesía, el Día del Padre o qué sé yo. Hace diez años que no escribía un poema o por lo menos uno que me gustara; hoy escribí uno titulado “Ser Padre”, quedó cursi pero no tanto… es un “Frankenstein” de unos cuantos versos… un híbrido hecho de cosas leídas, vistas y oídas.

***


Tengo una teoría sobre esas ‘frases célebres’ que la gente subraya o ubica mediante una buena dotación de Post-Its distribuidos en los bordes de las páginas de sus libros. Las ‘frases célebres’ lo son por su contexto, es decir, el ambiente, las emociones o situaciones que el autor ha construido previamente a soltarlas ahí, en las páginas de las novelas, los poemas, los cuentos o los ensayos. Es difícil que una ‘frase célebre’ conserve su fuerza y su brillo si se le saca de su contexto; son pocas las frases que logran esto.

Jueves 22 de junio

Santomé odia la homosexualidad de Jaime porque intenta buscar, sin éxito, el origen o la “razón de ser” de eso que es sólo una orientación; quiere encontrar un qué o un alguien para “echarle la culpa”. Es probable que se sienta responsable de eso que no es culpa de nadie. Su paternidad en soltería le ha generado un conflicto entre lo que le gustaría haber alcanzado como padre y lo que realmente logró: busca razones para sentirse mal consigo mismo en lugares donde no hay razones y no se cuestiona el verdadero origen de su insatisfacción. De lo que sí se podría declarar culpable a Santomé (no del todo, aunque sí en buena medida) es del resentimiento con el que viven sus hijos. Los llamados “mandatos de masculinidad” no cumplidos le hacen centrar su insatisfacción en Jaime pero también Blanca y Esteban viven con cierto resentimiento; la sensación de abandono podría ser la causa.

***


La conciencia de Laura es el gran vacío en esta historia. Es como si Mario depositara en nosotros la tarea de construir a esta mujer a partir de las pocas pistas que da sobre su pasado y su vida actual. Veamos:

*El padre de Laura, ¿un sastre teosofista y anarquista?, ¿lector de Bakunin y Kropotkin?… ¿a quién quiere engañar Benedetti? Pienso que los personajes masculinos de esta novela, epístola o lo que sea son un reflejo del mismo Mario, no de ese Mario que escribió La tregua sino del Mario joven. Escribir es un ejercicio de la memoria. Es probable que haya mucho de Santomé en Mario y de Mario en Santomé.

*¿Tendrá Laura eso que se llama “Herida Paterna”, es decir, carencias emocionales derivadas de un padre ausente? Lo que se puede deducir es que Santomé está llenando un vacío en la vida de Laura.

*Por otra parte tenemos esta frase de la madre de Laura: «la felicidad, la verdadera felicidad es un estado menos angélico y hasta bastante menos agradable de lo que uno tiende siempre a soñar”… es la frase de alguien que ha logrado la paz con la vida después de mucho dolor o sufrimiento emocional, alguien cuyo carácter se ha curtido lo suficiente para asumir la responsabilidad de su propia vida; su frase remite a esta idea estoica: “La felicidad es no necesitarla».

Viernes 23 de junio

Santomé quiere vivir ahora lo que no ha vivido, lo que se ha perdido; es consciente de la monotonía en la que ha estado preso. Su problema es que le cuesta entender una relación interpersonal fuera del esquema de una relación de poder con roles de género inamovibles (masculino-superior y femenino-inferior), le cuesta asumir que una relación sentimental puede no culminar en la firma de un “contrato” que certifique una “posesión” y que no por eso deja de valer la pena vivirla.

Concuerdo con Laura en que “hacer el amor, es un asunto de conciencia”… ¿Por qué Santomé se niega a aceptar su propia conciencia?

***


«En el fondo cada uno es un desconocido para los otros». Esta es una de esas frases que sí sobrevive fuera de su contexto; en efecto, el amor es disposición al conocimiento del otro y es también voluntad de autoconocimiento; tarea utópica porque siempre hay algo de la otra persona o de nosotros mismos que queda velado, oculto… la función del amor es develar(nos) lo más posible.

Otra frase: «qué feo eso de que le digan a uno la verdad, sobre todo si se trata de esas verdades que uno ha evitado decirse«. Creo que la buena literatura trata de eso: sugerir, decir sin decir pero apostando a que el lector se diga algo verdadero a sí mismo.

***

[ “Miedo a ser feliz,

miedo a tenerla junto a mí,

sentir todo su ser,

besar toda su piel…” ]

***


¡Ay, este señor! ¡Todo ha de tener que ver con él! Siempre ha pensado solo en él con total autocomplacencia… ni puidi kincibir a Diis kimi ini di lis kiris di li titilidid. Hazme el favor. Pobre Laura.

***

NATURALEZA MUERTA

Primero el champán, la chica semidesnuda cubierta con una frazada, frente a la ventana, viendo llover. Luego, el recuerdo de aquella mujer en contraste con el cuerpo desnudo de esta otra mujer. Finalmente él, su propio cuerpo ante su reflejo. Este diario es como un cuadro de naturaleza muerta, un bodegón de cosas naturalmente perecederas, como una flor prensada que, sin remedio, se marchitará entre las hojas. No se puede aprehender lo inaprensible.

***


«Seamos equilibrados, seamos objetivos… Seamos sinceros». Buena frase para concluir por hoy.

Sábado 24 de junio

De nuevo Jaime y la culpa. La relación con Laura y el miedo. Miedo y culpa. Este libro va sobre miedo y culpa.


¿Y por qué se sigue refiriendo a Laura como «Avellaneda»?

Lunes 26 de junio

La entrada del diario de Santomé del 26 de julio me parece de las más brillantes, una entrada que todo arquitecto, urbanista, lector de periódicos y periodista debería leer atentamente. Ahí compara la espantosa franqueza del Palacio Salvo con la espantosa franqueza de la realidad… una franqueza que contrasta con la «corrección política» y la hipocresía de ciertos medios que maquillan la verdad.

Santomé es el lector que los periódicos y la realidad necesitan… agudo, crítico, con memoria, perspicaz… Vaya lección de teoría periodística cuando dice: «Prefiero la espantosa franqueza del Palacio Salvo, porque siempre fue horrible, nunca nos engañó» y «Para mirar los diarios hay que bajar los ojos», frases épicas que no se entienden sin su contexto. Insisto en la teoría de hace unos días: las frases célebres lo son porque el escritor ha creado previamente la atmósfera, las referencias, el ambiente y la carga emocional para que sean contundentes.

***

El 30 de julio Martín Santomé siente “un resquemor ante lo cursi». Ay, por favor, Mario; a tu personaje le choca lo que le checa, nació cursi, es cursi y morirá cursi… lo que lo diferencia de otros cursis es esa visión irónica del mundo la cual le ha dado cierta vitalidad. Supongo que quien puede mirar con ironía la vida lo hace porque no ha perdido la capacidad de serse franco. Santomé es autocomplaciente pero sincero en este diario.

«Hay que ser más modesto cuando uno se confronta consigo mismo». Otra buena frase para concluir por hoy.

Martes 27 de junio

¿Cómo me verán los demás a mí?

***


Este Santomé sigue sin entender que estar en una relación no implica ser dueño del otro, al contrario, es algo más parecido a lo que dice Esteban: “sentirse protector y protegido es una de las más agradables sensaciones que puede permitirse el ser humano”.

***


Este diario empalaga a partir de agosto, sin embargo, me gusta que Santomé sea capaz de hallar ‘carácter’ en los edificios o el ambiente: “la agresiva solidez del cabildo, lo hipócrita de la catedral, lo desalentado de los árboles”… eso es también la ciudad: espacios, personas, condiciones de vida y estados de ánimo; semejanzas y diferencias conviviendo en un mismo sitio.

***


«Hombre maduro de mucha bondad, algo apagado pero inteligente». Vuelvo a hacerme la misma pregunta. ¿Cómo me verán los demás a mí? Pienso que todos somos como frases célebres: la percepción que los otros tengan de nosotros dependerá del contexto en el que nos conozcan y nos desenvolvamos.

Miércoles 28 de junio

«¿Por qué será que lo verdadero es siempre un poco cursi?»… Vaya, al fin lo acepta el personaje y tal vez, con él, los lectores. Quizá el discurso del libro está contenido en dicha pregunta.

***

Pier Paolo Pasolini, cineasta y poeta, decía que “la muerte no consiste en no poder comunicarse sino en no poder ser comprendidos”; para él el montaje cinematográfico final equivalía a la muerte de las posibilidades de cambiar la trama o las intenciones de un filme: una obra terminada, expuesta o publicada era una obra sin retorno al proceso creativo; dejaba de ser una forma en que el autor había comprendido una parte del Mundo y comenzaba a comunicar ideas a otros seres humanos provenientes de otros contextos y condiciones.

El diario de La tregua está ya escrito, los destinos de sus personajes aún podían cambiar hasta antes de que Mario, el autor de la historia, entregara el libro a la editorial, sin embargo, él decidió qué huecos nunca llenar, qué vacíos dejar en manos de otros, a quién matar y a quién dejar con vida. El libro está ya “montado” y sin retorno; quien murió en tal o cual punto de la historia lo hará eternamente en ese mismo punto. Lo dicho, dicho está… a menos que se le arranquen páginas o se le agreguen pasajes, la historia está ya contada, es inalterable; incluso, ya no está el autor que podría agregarle pasajes o extenderla. Esa es la realidad del tiempo cuando nos alcanza: ni el Mundo ni el destino dan tregua.

Jueves 29 de junio

[ “…«¡Síguela!», gritaron cuerpo y alma al par.

…Pero tuve miedo de amar con locura,

de abrir mis heridas, que suelen sangrar,

¡y no obstante toda mi sed de ternura,

cerrando los ojos, la dejé pasar!” ]

AGRADECIMIENTO: al Círculo de Lectura Diez Joyas Latinoamericanas 2023, https://elikgtroconis.com/circulos-de-lectura/

Deja un comentario