Ápeiron Teatro

Iniciativa, voluntades que convergen en un proyecto común, talento y organización son los materiales que han construido Ápeiron Teatro en la colonia Vertiz Narvarte de la Ciudad de México; un espacio alternativo para la puesta en escena de obras que difícilmente encontrarían cabida en recintos de gran aforo.


Pasión por el arte dramático es lo que el espectador llega a percibir al ser partícipe de los eventos que se llevan a cabo en el Foro Fernando Martínez Monroy, público y actores están al mismo nivel, no hay estrado ni tarima que marque límites entre unos y otros.


Ápeiron Teatro es un espacio que manifiesta lo esencial que debe poseer un espacio para la representación dramática: una caja negra que aísle a todos los participantes del mundo exterior, una iluminación que contribuya a generar distintos ambientes o enfoques y dos grupos de seres humanos; quienes construyen discurso y narrativa a través de su propio cuerpo en comunión con quienes construyen una interpretación de la experiencia vivencial que ocurre frente a sus ojos.

…Y HABITÓ ENTRE NOSOTROS
Indagar sobre lo que hay más allá del raciocinio o la lógica sobre la que basamos tanto la cotidianidad como la realidad personal es uno de los grandes propósitos de esta puesta en escena. La intuición de que la existencia y la experiencia humana trascienden el nacer para crecer, estudiar, trabajar, producir, consumir y, finalmente, morir parece ser el aliciente que llevó al dramaturgo Fernando Martínez Monroy a concebir esta obra.
Más allá del carácter religioso sobre el que se asientan los discursos expuestos por los actores, cualquier persona que visite Ápeiron Teatro podrá extraer sus propias conclusiones en torno a ideas que de manera sugerente hacen apariciones durante la obra: sentido o propósito de la vida humana, responsabilidad, justicia, voluntad, decisión, destino y libertad.
Esteban Montes, actor y director, menciona que “…y habitó entre nosotros” es una obra originalmente planeada para representarse en un espacio monástico pero el diseño de iluminación de Diego Vera logra una adaptación muy acertada y congruente con las condiciones del Foro de Ápeiron; el manejo de los reflectores, que sugiere ambientes monacales, en comunión con la interpretación de los actores, acerca al público a una experiencia con tintes de reflexión y catarsis.

Reseñas: Jose Eduardo Guerra D.

Agradecimientos: a la compañía Ápeiron Teatro por el talento y la pasión de la puesta en escena y al Círculo de Lectura «Diez Joyas Latinoamericanas» de Elik G. Troconis quien con Francisco Carrillo Alfaro gestionó la invitación a conocer este espacio.

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