Un evangelio borgiano [1]

Por Jose Eduardo Guerra D. @joseduardguerra

“…ahora conózcase a sí mismo

y permanezca en ese estado;

busque esa luz,

mire hacia ella…”

(Dale Bartholomew Cooper, 1989)

En el principio era la Incertidumbre, y la Incertidumbre era con la Indeterminación, y la Indeterminación era el Infinito.

El arte, paráfrasis de la realidad [2]

En la Biblioteca Infinita, muchos creen hablar de Borges pero en realidad están hablando de ellos mismos; muchos creen citar a Borges pero en realidad se están citando a ellos mismos. Los textos de autoría individual suelen ser una autoconfesión o una autoafirmación: José Saramago habló de él mismo, de la sociedad de la que formaba parte y de su visión de la realidad a través de El Evangelio según Jesucristo; en aquel libro los dogmas y el fondo de las religiones cristianas se convirtieron en sus pretextos para construir una paráfrasis crítica y satírica de la moral social y de la época en la que le tocó vivir. Aquí ocurrirá algo similar; las siguientes elipsis y parábolas son sólo pretextos; sé con qué intenciones las he planteado pero dejo al lector a cargo de su libre albedrío en la búsqueda del sentido de las mismas.

Para mí la lectura no es lectura sin interpretación, el autor depende de ese otro individuo que lee, ve, siente o vive la obra para interpretarla, sin ese complejo mecanismo emisor-receptor toda obra artística pierde sentido porque permanece estática; y es en la interpretación donde se diluye la frontera creativa entre autores y lectores, emisores y receptores de ideas, creadores y observadores. Leer obras literarias, apreciar el arte u observar con atención ciertas realidades [3] para aprehender algo a partir de esas experiencias es también, en cierto sentido, (re)crear todo lo anterior.

Pues bien, confieso que he leído, he interpretado y que estas líneas, quizá, me reflejan más a mí (lector) que al propio Borges; decir que he leído e interpretado implica admitir que fui yo quien decidió dejarse sorprender, y que fui yo también quien decidió bajar la guardia de la lógica y la razón que me acompañan en la cotidianidad para poder abrir mi entendimiento hacia otros puntos de vista: “Lo que interpretó mi mente fue simultáneo, lo que transcribiré, sucesivo, porque el lenguaje lo es. Algo, sin embargo, recogeré.” [4]

El arte y el ego, instrucciones de uso

Algunos autores, histórica y tradicionalmente, lo llaman “revelación”, otros “confesión” [5], yo llamo interpretación al proceso de dar sentido a la apreciación del arte. He aquí una de las revelaciones, confesiones o interpretaciones que tuve al verme y encontrarme en las Ficciones, El Jardín de senderos que se bifurcan, los Artificios y El Aleph de Jorge Luis Borges: el arte, los creadores y sus obras son sólo los pretextos, todo lo concluye quien aprecia desde fuera, las obras de arte tienen sentido al ser interpretadas y las realidades se aprehenden al ser vividas y observadas con atención. Toda obra de arte es una paráfrasis de la realidad, o dicho de una forma más clara –aunque no por eso menos retórica: el arte es una ventana para mirar hacia nosotros mismos. [6]

Génesis de la Ironía

En el principio fueron la Superficie y la Profundidad del Lenguaje, al hibridarse dieron origen a la Ironía.

El híbrido nace de un cruce de caminos, un encuentro más bien violento, el del escritor (o creador) con sus límites, el del lenguaje con sus significados, el de los medios con los fines, el del discurso con su interpretación. Para romper sus límites –una vez reconocidos–  el discurso del artista fluye entre géneros, tonos, estilos, formatos… Así, una prosa puede estar oculta detrás de unos versos, tres renglones perfectos pueden sugerir una novela extensísima o un cuento puede ser, en el fondo, un poema. Un texto esconde muchas referencias –visibles e invisibles, perceptibles y no perceptibles hasta para su propio creador. Las fuentes de la obra de un autor son sus vivencias, intimidades, experiencias, cultura, creencias, condiciones, decisiones… el arte refleja, al mismo tiempo, a la realidad (en fragmentos) y a sus creadores. La Creación no es un mito, es más bien la pueril necesidad que nos inventamos cuando vemos que eso que llamamos realidad es insondable. [7]

Cuestiona lo antiguo y serás (pos)moderno [8]

La hibridación es el acto creativo que surge de poner en duda los límites que establecen los cánones artísticos tradicionales. Para lograr un híbrido cohesionado primero es necesario conocer a detalle las partes que lo componen. Un artista que busque innovar primero debería conocer las reglas de su campo artístico –las tradiciones que lo anteceden– para después experimentar o plantear las excepciones a dichas reglas. [9]

La evangelización en los tiempos de ChatGPT (la Idiotez Autoimpuesta)

Todo evangelio (narración de una visión de la realidad) es una interpretación, un punto de vista: hay interpretaciones íntimas, individuales, que permanecen para siempre en el fondo de la conciencia de quien las crea… hay otras, en cambio, colectivas, compartidas por cientos, miles o millones de individuos convencidos de que tal o cual visión es la Verdad misma; la fuerza o la razón son las constructoras de nuestros evangelios colectivos. La Fe y la Ciencia actuales son grandes evangelios colectivos; estos son el resultado de la suma de ciertas fuerzas fraguadas en el pasado pero que están actuando sobre el presente para dar forma al futuro. Pasado, presente y futuro son las tres caras del tiempo que transcurre sin pausa.

La evangelización (comunicación para la imposición de una visión) ya no es lo que era antes, hacerla por la fuerza ha perdido popularidad (aunque no ha caído en desuso del todo), ahora la imposición por medio de la razón –es decir, de los hechos demostrables– es lo políticamente correcto, pero si no se tiene la razón entonces se vuelve necesario disfrazar la mentira de verdad: la generación de (falsas) necesidades es el epítome que demuestra la existencia de dicho disfraz tan recurrente.

Antes la “Verdad” más fuerte, aquella capaz de someter y avasallar mediante la anulación de los que pensaban distinto, era la que terminaba imponiéndose. Hoy la imposición de visiones juega (sin nuestro consentimiento) con nuestra interpretación de la realidad y con nuestros deseos. Todo parece estar programado para acotarnos y limitarnos sólo a las realidades que nos son familiares y en donde lo que queremos (o deseamos) creer –es decir, sólo nuestro evangelio– se eleva a la categoría de verdadero (aunque pueda demostrarse con hechos que es falso); este es el Reino de la Autocomplacencia. Sólo nuestra innata capacidad de poner en duda lo que creemos y pensamos nos librará de esta Idiotez Autoimpuesta. La evangelización ha de erradicarse para convertirse en diálogo: un diálogo con uno mismo, con los demás y con todas las realidades que nos sea posible.

P.D. Puedo asegurar que ninguna “IA” logrará nunca crear un texto como este porque no se puede programar nuestro pensamiento crítico, ni la capacidad para argumentar de forma creativa o emotiva, ni el aprendizaje a partir de la experiencia de los sentidos, ni la capacidad de auto-modificar por voluntad y decisión propia nuestro sistema de ideas o de creencias, ni la estructura del pensamiento complejo (que asume la ironía) necesaria para tomar decisiones aún en las contradicciones y ambigüedades más evidentes de nuestra vida, tampoco se puede programar la formación de criterio mediante ensayo y error, ni la duda, ni la consciencia de Ser y de Existir. [10]

Perorata sobre Borges a modo de Letanía simplificadora

Nada es lo que parece.

¿Nada es lo que parece?

Si “Todo” es sólo un concepto,

¿todo es relativo?

Si «Nada» es sólo un concepto,

¿nada es relativo?

«Siempre» es sólo un concepto,

una abstracción.

«Nunca» es sólo un concepto,

otra abstracción.

Si «Alguien» es sólo un concepto,

“Alguien” existe en mi mente.

Si «Nadie» es sólo un concepto,

“Nadie” existe en mi mente. [11]

Un concepto es una representación mental.

Las representaciones mentales son símbolos,

imágenes,

signos,

palabras,

imitaciones,

figuras,

ambigüedades,

alegorías,

artificios…

El lenguaje es un laberinto.

Escribir es encubrir

metódicamente

la ignorancia con ingenio.

Hablar es simular,

simular que sabemos.

¿Sabemos

o sólo creemos que sabemos?

Nuevo testamento sobre la inmortalidad (y por lo tanto sobre la mortalidad)

Un gran sueño (y, al mismo tiempo, pesadilla) alcanzado por la civilización humana es la Biblioteca Infinita; esta no se limita a un espacio ni a un lugar físico determinado. La tecnología, la curiosidad y la voluntad son las claves de acceso a esta biblioteca, lo primero es excluyente, lo segundo y lo tercero son inherentes (casi inmanentes) a la naturaleza humana. Entrar a la Biblioteca Infinita es sólo el inicio de un gran artificio; este es el lugar-no-físico que más pasadizos, estantes, archivos, recovecos, puertas y ventanas falsas tiene.

La arquitectura de la Biblioteca Infinita está diseñada –más bien, programada– para propiciar encuentros: el de quienes emiten ideas, mensajes o discursos con quienes los reciben. Emisores y receptores siempre buscan algo a priori; por sus búsquedas los conoceréis [12]. La Biblioteca Infinita está tramada perder a quien entra sin saber a dónde va. Si bien este lugar-no-físico puede volverse un laberinto tortuoso para quien no sabe lo que busca, conviene entrar aquí con cierta apertura a explorar, a cambiar de ideas o a tomar rumbos no frecuentados previamente.

Cierto día, en la Biblioteca, mientras llegaba a la conclusión de que son más los discursos y relatos los que buscan la inmortalidad –y no tanto los individuos… escuché esta frase en el Foro de las Cacofonías:

“Decir que todos los hombres son mortales no niega que la humanidad puede ser inmortal.” [13]

Qué difícil se ha vuelto distinguir lo trascendente de lo intrascendente entre tanta cacofonía. Aquella frase confirmó mi conclusión aunque, en cierto modo, también la modificó: ¿qué es la humanidad?, ¿no es la humanidad misma un relato que se transmite de generación en generación?

Cada día me pregunto si en las cuestiones que me hago no están ya las respuestas que espero. Otra duda me embarga: ¿la respuesta a estas cuestiones no puede ser individual? Soy consciente de mi mortalidad y de mis límites; para no errar en la búsqueda de respuestas he tomado una decisión: lego a los lectores de este relato mis búsquedas, el cuestionamiento de mis ideas, su re-planteamiento, su re-creación, o la refutación absoluta de todo lo anterior.

Opinor, ergo sum [14]

Todo es interpretación –tanto en la lectura como la escritura. El escritor lleva a cuestas una historia de vida, unas búsquedas y unos hallazgos que desea dar a conocer, tiene sus razones para decir lo que dice en el modo en que decide plasmarlo; esto es, al fin, su punto de vista, la interpretación o la confesión de lo que ha vivido. A partir de la interpretación, lo escrito o lo creado por alguien adquiere una diversidad de sentidos. Interpretar es dar sentido. Sugerir sentidos –interpretaciones– es más difícil que pretender marcar un único sentido de apreciación porque lo primero busca la libertad de ese otro individuo que recibe o experimenta la obra y lo segundo busca –más bien– imponerle una visión.

Breve salmo responsorial borgiano

Salmista: Por los que ven la vida y la muerte como parte de un relato infinito.

Respuesta: Nada es lo que parece.

S: Por los que creen en los Planos de Interpretación y en la Metaficción.

R: Alguien puede tener siempre otro punto de vista.

S: Por los que, con metáforas, ficciones, versos y artificios creativos vuelven lúdico el laberinto del lenguaje y develan nuevos sentidos posibles para la libertad de crear.

R: Alguien puede tener siempre otro punto de vista.

S: Por los que hacen poesía con forma de prosa.

R: Nada es lo que parece.

S: Por los que habitamos el Jardín de los destinos y las decisiones que se confrontan.

R: Nada es lo que parece.

Parábola del falso Aleph

En su búsqueda por aprehender la realidad, los seres humanos crearon un falso Aleph. Era un Aleph colectivo al que diariamente los individuos alimentaban con su propio ego, soberbia, autocomplacencia y autocompasión.

En el falso Aleph todos creían ver la Totalidad condensada en la palma de sus manos. No advirtieron el engaño hasta que algunos individuos –que nunca llegaron a ser la mayoría­– comenzaron a encontrar genuinos Aleph en el lugar menos esperado: dentro de ellos mismos.

La minoría que se había atrevido a abjurar de la fe en el falso Aleph fue tachada de falsaria, embustera, errática, caprichosa… así que todos aquellos que encontraban un verdadero Aleph dentro de sí mismos preferían callar para no pasar por subversivos y para no desentonar con las creencias de la mayoría.

Hay quienes están determinados a no callar más pero, de momento, hablan o escriben en parábolas, elipsis, versos o prosa poética porque saben que la interpretación ajena estimula una imaginación ya de por sí muy devaluada por los artificios del falso Aleph.

Decálogo ficticio para leer todos los textos (de Borges)

  • Buscarás aprehender la realidad por sobre todas las cosas [15]
  • No relativizarás en vano, es decir, sin razón ni sentido
  • Cuestionarás las ideas
  • Analizarás lo que subyace en toda obra antes de juzgarla: memoria, cultura y circunstancias
  • Imaginarás, es decir, (re)crearás
  • Teorizarás para conjeturar o criticar [16]
  • Dialogarás contigo mismo y con el autor
  • Buscarás tener más de un punto de vista (por tus búsquedas te conoceréis)
  • Formarás tu propio criterio
  • Desearás conocer para saber y viceversa

Octingentésima versión de Judas

Judas nunca existió, hubo que inventarlo para hacerle depositario de las culpas de una parte del género humano que profesa ciertas religiones. No hay religión que no sea, en el fondo, culpígena; la culpa genera una deuda moral la cual es directamente proporcional al Temor a Dios. Pero el Temor a Dios no es más que miedo a la responsabilidad que implica tener libertad de credo, de obra, de palabra y de pensamiento.

A Dios lo podemos concebir de la manera en que nuestra libertad, criterio y creencias nos dé para hacerlo. Y dado que un hombre es todos los hombres, también cada uno de sus dioses es, a la vez, todos los dioses.

Revelación no apocalíptica

Este evangelio es, como todos los evangelios, una representación de lo artificioso que pueden llegar a ser los sistemas de creencias sobre los que basamos nuestra vida y nuestra moral. También es, en el fondo, un análisis que ha tomado la forma de diferentes géneros o formatos de escritura para lograr su propósito: demostrar que el arte puede ser un punto de partida hacia el (auto) conocimiento ya que involucra la atenta observación y conciencia de nuestros propios sentidos, emociones y subjetividades. Simultánea y finalmente, es una opinión-crítica (parabólica y elíptica) hacia ciertas condiciones culturales contemporáneas. El punto de partida –o el pre-texto– es el corpus literario de Jorge Luis Borges pero tiene tantas interpretaciones como lectores con sus respectivos puntos de vista, opiniones y criterios.

Borges que no son Borges (un hombre es todos los hombres)

Algo que caracteriza la obra de Jorge Luis Borges –como la de otros artistas que saben de dónde vienen [17] y hacia dónde se dirigen en el plano creativo [18]– son sus referencias y relaciones –muchas veces ocultas– a otros textos, ideas, obras o autores.

Para demostrar la existencia de relaciones, referencias, puntos de contacto, encrucijadas o vasos comunicantes –que pasan desapercibidos– entre distintos quehaceres artísticos, individuos y épocas, dejo constancia de las ideas de otras personas que, sin ser Borges, llegaron a dilucidar que el mundo, la realidad, la comunicación de ideas, el arte y el lenguaje son –entre otras cosas– complejos y contradictorios, llegando también a expresar lo anterior de modos muy borgianos.

  • Un credo: Creo que creo en lo que creo que no creo. Y creo que no creo en lo que creo que creo.” [19] (Atención a la ambigüedad entre las conjugaciones de los verbos “creer” y “crear”).
  • Un manifiesto: “Me gusta la complejidad y la contradicción… pero me desagrada la incoherencia y la arbitrariedad… lo complejo y contradictorio se basa en la riqueza y ambigüedad de las experiencias… incluyendo la experiencia que es intrínseca al arte… Doy la bienvenida a los problemas y exploto las incertidumbres. Al aceptar la contradicción y la complejidad, defiendo tanto la vitalidad como la validez… Prefiero los elementos híbridos a los ‘puros’, los comprometidos a los ‘limpios’, los distorsionados a los ‘rectos’, los ambiguos a los ‘articulados’, los tergiversados que a la vez son impersonales, a los aburridos que a la vez son ‘interesantes’… los integradores a los ‘excluyentes’, los redundantes a los sencillos, los reminiscentes que a la vez son innovadores, los irregulares y equívocos a los directos y claros. Defiendo la vitalidad confusa frente a la unidad transparente. Acepto la falta de lógica y proclamo la dualidad. Defiendo la riqueza de significados en vez de la claridad de significados; la función implícita a la vez que la explícita. Prefiero ‘esto y lo otro’ a ‘o esto o lo otro’, el blanco y el negro, y alguna veces el gris, al negro o al blanco. Una arquitectura válida evoca muchos niveles de significados y se centra en muchos puntos: su espacio y sus elementos se leen y funcionan de varias maneras a la vez. Pero una arquitectura de la complejidad y la contradicción tiene que servir especialmente al conjunto; su verdad debe estar en su totalidad o en sus implicaciones. Debe incorporar la unidad difícil de la inclusión en vez de la unidad fácil de la exclusión. Más no es menos.” [20]
  • Una conjetura: “El paso de una visión de la vida esencialmente simple y ordenada a una visión de la vida compleja e irónica es lo que cada individuo experimenta al llegar a la madurez.” [21]
  • Una teoría: “(Existe) una paradoja intrínseca a la percepción y al proceso de significación en el arte: la complejidad y la contradicción resultan de la yuxtaposición de lo que una imagen es con lo que parece… Y, realmente, la complejidad de significado, con la ambigüedad y tensión resultante, ha sido reconocida generalmente por la crítica del arte… (varios artistas) tienen en cuenta la ambigüedad de la percepción… y la han usado, tanto para crear un contenido paradójico como para explotar las posibilidades de la percepción (del público). También en literatura los críticos han estado dispuestos a aceptar la complejidad y la contradicción… (pues) han recalcado las características de la contradicción, de la paradoja y de la ambigüedad como básicas en lo que busque ser poético.” [22]
  • Otro Aleph (genuino): “Este texto es producto de una serie de experiencias vitales… Pero debo dejar claro que es también el resultado de los adeudos acumulados por numerosas lecturas, por innumerables diálogos, por discrepancias, coincidencias, recorridos, visitas, tránsitos y demoras. Está lleno de referencias no anotadas y de influencias ajenas sin mención explícita; de hecho, interpreta y sintetiza estímulos generados por el pensamiento de autores diversos, y al mismo tiempo muestra afinidades, sintonías y rechazos personales. Creo que la personalidad y el pensamiento del hombre se sazonan con todas sus experiencias acumuladas. Cada platillo mezcla ingredientes de diverso origen, incluye aromas que despiertan el apetito y los recuerdos, propone sabores dominantes enmarcados por otros que los sustentan y los realzan, y desea culminar en complejos matices para ser paladeados –e inevitablemente confrontados– por la memoria. Para terminar, parafraseo algo que escribí hace tiempo en otro lugar. Mi obra, y mi pensamiento, no son tan sólo lo que yo he producido, son también lo que he visto, lo que me ha atraído y lo que he rechazado. Son todos mis maestros, todos mis discípulos y todos mis amigos. Confieso que no he sabido nunca resistir las tentaciones. Me he apropiado de todas las formas, de todas las ideas y de todos los ritmos que me han asombrado, de todos los espacios y de todas las melodías que me han fascinado, de todas las armonías y de todas las luces que me han iluminado.” [23]

Laberinto de ayer, de hoy y de siempre

Dado que la realidad nos precede y nos sucede en un espacio de tiempo indeterminado, el laberinto del lenguaje (que es nuestra herramienta para explicar esa realidad) puede ser no sólo eterno sino que también puede llevarnos a callejones sin salida, trampas, regresiones, recovecos, encasillamientos, indefiniciones, espejismos, falsas pistas, falsos tesoros, falsas brújulas, falsos evangelios, falsas verdades.

Es un juego el laberinto del lenguaje pero jugar sin saber lo que se busca –es decir, sin sentido [24]– puede hacer que dicho juego se nos vuelva ludopatía, instrumento de artimaña, de tortura o de autodestrucción.

Alétheia [25] / Discurso ontológico sobre la realidad

Develar el Ser y la Verdad de las cosas es uno de los grandes anhelos del Ser Humano. Obra, deseo y anhelo tan simultáneo como inabarcable porque los individuos estamos limitados –entre otras cosas– a ser y estar en un tiempo y en un lugar determinado. El hoy es el testigo insobornable del ayer. No podemos  volver al pasado para re-ensayarlo, re-configurarlo, re-plantearlo, re-programarlo, re-crearlo o cambiarlo. Algo, sin embargo, hemos recogido del pasado para el futuro:

“El Ser y la Verdad de las cosas. ¿Qué es la Verdad de las cosas? –La realidad de las cosas. ¿En qué se distingue la realidad de cualquier otra cosa? –En el infinito pormenor que la rodea. Toda cosa real es interminable en el espacio, en el tiempo y en los detalles. Toda cosa fantaseada, por ejemplo una utopía, un sueño, unas fantasías… ¿verdad que ahí no hay infinitud por ninguna parte? Preguntas al personaje que sale en el sueño ¿de qué color son sus calcetines? y no lo sabes… porque no es real. Cualquier cosa real, aunque sea un fragmento… fíjate cuando entra un rayo de sol en una habitación y entonces en ese rayo de repente aparecen cositas que flotan, ¿te habrás dado cuenta, no?, todas se mueven… todas; si cada una de ellas la sometemos a un microscopio de barrido electrónico, encontraremos ahí semicontinentes como Tasmania (infinidad de detalles y pormenores). Esa es la realidad: lo inagotable.” [26]

¿Qué vio realmente Borges en el Aleph?

Borges real, Borges narrador y Borges personaje –tres personas que, en realidad, son la misma persona– vieron lo mismo en el Aleph pero desde diferentes puntos de vista.

¿Qué verías tú –que estás leyendo esto– en tu propio Aleph?

¿Qué ves tú que estás leyendo esto en tu propio Aleph?

¿Qué es tu propio Aleph?

Borges –en el Aleph– se vio a sí mismo.


NOTAS Y REFERENCIAS:

[1]En referencia al corpus literario del escritor Jorge Luis Borges, autor indirecto e involuntario de estas líneas por las que ahora transita el lector; de manera que el título indirecto para este texto es Elucidaciones borgianas.

[2] San Pier Paolo de Casarsa definiría esta “paráfrasis de la realidad” como La Divina Mímesis: el arte como imitación de la realidad pero con una abierta confrontación de la idea de mímesis según Platón, –es decir, como vehículo para el engaño– y de mímesis según Theodor Adorno –es decir, como vehículo para conocer la verdad. El arte como una apertura de horizontes, un modo de escuchar al otro, un lugar donde se anule toda diferencia entre el yo autoral y el mundo representado.

[3] Hay tantas realidades como observadores. Y hablo de fragmentos de realidades porque las totalidades nos están veladas.

[4]Paráfrasis de El Aleph, parte esencial del corpus literario de Jorge Luis Borges.

[5] Búsquese en el documento titulado El jardín de senderos que se ramifican del escritor Elik G. Troconis.

[6] Véase también el estudio que, al respecto del cuadro La Clef des champs del pintor surrealista René François Ghislain Magritte, hizo el escritor mexicano Rómulo Linares con ayuda del ensayista Jorge Luis Vasconcelos, dicho estudio se resguarda en el Archivo Histórico del Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, España. 

[7] Los tiempos verbales de esta  oración –y de otras oraciones que componen este texto– son relativos. Léase por igual “La Creación no es un mito, es más bien la pueril necesidad que nos inventamos cuando vemos que eso que llamamos realidad es insondable” del mismo modo que si se leyera “La Creación no fue un mito, fue más bien la pueril necesidad que nos inventamos cuando vimos que eso que llamábamos realidad era insondable” y como si, simultáneamente se leyera “La Creación no será un mito, será más bien la pueril necesidad que nos inventaremos cuando veamos que eso que llamaremos realidad será– insondable”.

[8] Paráfrasis hecha en referencia a una frase atribuida al músico-compositor Giuseppe Fortunino Francesco Verdi: “…retorna a lo antiguo y serás moderno”.

[9]La literatura borgiana es una muestra de hibridación bien cohesionada y con profundo conocimiento a priori de la tradición literaria universal.

[10] Recúrrase al Gran Buscador de la Biblioteca Infinita para localizar artículos y contenido relacionado con Filosofía y teoría de la IA.

[11]Véase la epigrafía Nadie que es parte de las Iluminaciones de Elik G. Troconis.

[12] En referencia a Mateo 7:16-21. “Por sus frutos los conoceréis”.

[13]Alejandro de Antofagasta dixit, un día cualquiera en el Foro de las Cacofonías de la Biblioteca Infinita.

[14] Locución latina propuesta por el Gran Buscador de Traducciones y Significados de la Biblioteca Infinita para la glosa “Imagino, por consiguiente soy”, cabe señalar que todas las lenguas romances –incluida la lengua española– son ramificaciones del latín, idioma del cual derivaron y tomaron forma a lo largo de Nuestra Era.

[15] Diferenciando entre lo que las cosas son y lo que las cosas parecen; lo esencial de lo que no lo es.

[16] Muy distinto de elucubrar o especular.

[17]Porque conocen su historia cultural, política, social, familiar, personal, etc.

[18]  Porque observan atentamente sus realidades y sus circunstancias.

[19]Búsquese en el Caligrama del poeta Oliverio Girondo.

[20]Véanse los capítulos “Un suave manifiesto en favor de una arquitectura equívoca”, “La complejidad y la contradicción versus la simplificación o el pintoresquismo” y “La ambigüedad” en el tratado del arquitecto Robert Venturi que lleva por título Complejidad y contradicción en la arquitectura.

[21] Frase del político August Heckscher citada en el segundo capítulo del tratado de Robert Venturi, previamente referido.

[22] Ídem, Robert Venturi. Nota aparte: atiéndase a cómo la riqueza de significados que pueden aportar la ambigüedad y las paradojas se usan también como arma política para manipular nuestra percepción de la realidad, sobre todo en tiempos de posverdad, guerras híbridas e Idiotez Autoimpuesta (IA).

[23] Véase el epílogo que el propio arquitecto Carlos Mijares Bracho hace para su libro Tránsitos y demoras, donde también se puede encontrar un suave manifiesto en contra del uso de notas, citas  y referencias en cualquier investigación, tratado o texto: “Me declaro ladrón de secuencias y amigo de lo ajeno. Procuro estar siempre alerta para adueñarme de los lugares. Pero también quisiera dejar claro que no practico el robo con violencia y que, por lo general, solo tomo lo que necesito. Pretendo ser un buen anfitrión y compartir los ambientes que he logrado reunir. Mis colecciones están abiertas al público, expuestas a la crítica y, quien quiera, podrá siempre identificar al autor”.

[24] Sentido o propósito: estos pueden encontrarse en la lógica, la ética, la estética o sus combinaciones e hibridaciones.

[25] Según el Gran Buscador de la Biblioteca Infinita: concepto filosófico que se refiere a la sinceridad de los hechos y la realidad.

[26] Diálogo entre la periodista Marta Peirano y el pensador, ensayista y filósofo Antonio Escohotado. Búsquese y conózcase.

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